La belleza de una película que no sigue una moda.

Quien me conoce, sabe que no me interesan las modas ni hablar de lo que todo el mundo habla. Hay demasiada gente que ya lo hace.


¿De qué prefiero hablar?


Del arte que se hace sin demasiada grandilocuencia, sin ejércitos de influencers que te “obligan” a no quedarte fuera de tema... De libros, de películas y de series que entretienen, que enseñan y que de alguna u otra forma te llegan.



Hacía mucho que quería ver “Resurrección” (2015), escrita y dirigida por Gonzalo Calzada, e interpretada por Martín Slipak y Patricio Contreras.


Hoy me di la oportunidad de sentarme a verla y puedo decir que no era lo que esperaba, pero mejor así, porque me sorprendió y para bien.


En resumen, un cura (Martín Slipak) siente el llamado de Dios para ayudar en Buenos Aires, donde el brote de fiebre amarilla está azotando a la población, pero en el camino llega a la casa de su infancia para desentramar el drama familiar surgido a partir de la peste y que involucra a su hermano, a su cuñada y a su sobrina.




La película está narrada como si de un libro se tratase, dividida en introducción, tres capítulos y un epílogo. Y gracias a este recurso narrativo es que podemos acompañar al personaje principal en el descubrimiento de cada secreto, a su tiempo, y no a las apuradas.


No es una película para ansiosos. Tiene su ritmo, se toma sus pausas y los conflictos se van desentramando de manera paulatina, llevándonos a preguntarnos si los hechos son parte del delirio o de la realidad que vive el personaje, como si nosotros mismos, espectadores, sufriéramos del síntoma principal que esta fiebre causa.


Las actuaciones de Slipak y de Contreras son excelentes. Si bien al principio se sienten un poco forzados los diálogos, una vez que entramos en la historia entendemos que esa es la distancia perfecta para centrarnos en la narrativa de otra época. No sería verosímil que un personaje de 1871 hable como uno del 2023, ¿no?



El contexto de la época está dado a través de las líneas de diálogo del sirviente de la casa (Patricio Contreras), en su medida justa. Tira información, pero no nos apabulla (quien quiera saber más sobre lo ocurrido en 1871, tendrá que acudir a los libros de historia argentina. Esto es una película de ficción, no un documental).


La ambientación, la iluminación, el vestuario, el maquillaje, la música y todo lo referido a lo técnico es impecable. La dirección de Gonzalo Calzada es sublime, ya que sabe encontrar y mostrar la belleza dentro de lo terrorífico.


Y para aquellos que dicen que es una película algo “confusa”, me parece que tienen poco género fantástico en su haber (sí, es una película de terror con un toque de fantasía, pero no voy a hablar de eso para no hacer spoilers).



En conclusión, disfruté muchísimo de esta película y ahora tengo más ganas que antes de leer el libro. Hace tiempo que lo estuve buscando pero no había stock, así que espero tener suerte en la próxima Argentina ComicCon y hacerme de algún ejemplar publicado por los amigos de De la Fosa Colectiva Editorial.


Y vos, ¿ya viste esta película? ¿Qué te pareció?


¡Contame en los comentarios!


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