Lo que nos guardamos los autores, detrás de una novela.

Elizabeth Schumann muere durante un concierto de violín. Lo que parece ser el final de la historia, es en realidad el principio: para ingresar al Reino de lo Eterno, debe encontrar a su alma gemela y solo cuenta con siete días para lograrlo.


"Siete días para Elizabeth Schumann" es una novela fantástica que reúne historia, filosofía, arte y esoterismo. Se desprende de "Saga AQUELARRE", mostrando lo que ocurre en el Continente mientras el caos se desata en las islas.


En compañía de jerarquías angélicas, Elizabeth se enfrentará a demonios internos y externos, hasta llegar a la prueba final. Eremita por convicción, aceptar que forma parte de un binario será uno de sus mayores desafíos.


Ahora sí, pasemos a las curiosidades:



Curiosidad 1


Empecé a escribir esta novela a los quince años.



Curiosidad 2


Antes de llamarse "Siete días para Elizabeth Schu­mann", esta novela se llamaba "Siete días más de vida". Y antes de que Elizabeth adoptara el apellido del músico, la bau­ticé como Elizabeth Daniels.



Curiosidad 3


En algún momento de mi vida llegó a mis manos un libro de Víctor Sueiro que hablaba sobre ángeles. Ese libro me llevó a interesarme en el tema de la angelo­logía. Ahí fue cuando bauticé Rochel a mi ángel de la guarda y le tuve un cariño muy especial. Hoy lo ho­menajeo a través de esta historia.





Curiosidad 4


En una conocida cadena de supermercados me compré un tarot de los ángeles que aprendí a inter­pretar y, a partir de las imágenes que evocaban sus fi­guras, se me ocurrió armar una historia en torno a ellas.



Curiosidad 5


En aquella época no tenía computadora e Internet funcionaba conectándose a través del teléfono. Por lo tanto, cada parte de la historia la escribía a mano y cuando podía robarle la computadora a mi hermana, me sentaba a pasar todo el manuscrito.



Curiosidad 6


Elizabeth fue violinista antes de que yo soñara ser­lo. En aquel momento no tenía idea de lo que era tocar un violín y jamás se me había cruzado por la cabeza el hecho de estudiar música. Años más tarde, llegué de casualidad al conservatorio y terminé descubriendo mi amor por el instrumento y mi admiración por los instrumentistas. Con mucho cariño recuerdo a mi maes­tro Norberto García y a sus chistes sobre violinistas.





Curiosidad 7


En aquella época no sabía lo que era el oficio de ser escritor. Esperaba a que la inspiración llegara y en­tonces me ponía a escribir. Por lo tanto, no sabía adónde iba a llegar la historia ni cómo se iba a resol­ver. Todo fluyó de manera natural y si bien reescribí una gran parte, la historia original está intacta.



Curiosidad 8


Esta novela está escrita en primera persona. Así y todo, el personaje que me representa no es Elizabeth, como muchos pueden creer, sino Dharla.



Curiosidad 9


Muchos conocen mi fanatismo por Sailor Moon. Las chicas del colegio decían que yo era Sailor Chibi Moon y oh, casualidad, Chibiusa tiene un pegaso al igual que el metamorfo de Rochel. Fue por eso que cuando egresamos del colegio pinté un mural con la figura de Chibiusa y Pegaso, y se la dediqué a Rochel y a todas las personas que tienen sueños. Mi profe de Biología me ayudó a pintarlo y fue ella quien escribió la frase que a las dos nos gustaba del libro de Víctor Sueiro: los ojos y el ver no confirman nada, solo el alma lo hace.





Curiosidad 10


Mi papá trabajaba vendiendo aceite para motos. Cuando era chica, después del colegio, me subía al auto con él y lo acompañaba en sus viajes. Mientras escuchaba

Guns N’ Roses, escribía en mi cuaderno.



Curiosidad 11


Una vez, hicimos un viaje más largo hasta un lugar que se llamaba Salto Grande. Me llamó muchísimo la atención, ya que había mucho verde, como una espe­cie de camping. Él se fue a hablar con los clientes y yo me quedé en el auto. Entonces escuché a un hombre cantando un tango sobre la mujer rubia que tanto amé y una mujer vestida de rojo asustada de él. Estos per­sonajes, el paisaje y las carpas me dispararon todo el capítulo que terminó siendo el día quinto que vive Eli­zabeth. El diálogo entre ellos fue tal cual.



Curiosidad 12


Algo muy gracioso es que no tenía ni idea de quién era X (no digo quién es, para no spoilear) en realidad. Quien me reveló la verdad sobre este personaje fue Adrián Barilari en su canción "Vol­viendo a casa". Me acuerdo de esa tarde, cuando volvía de trabajar en el 134; me bajaba en la terminal, allá por Devoto. Iba yo sola en el colectivo, pensando cómo seguir la historia, porque tenía un bloqueo importan­ te. Entonces comienza a sonar en la radio esta can­ción de Rata Blanca y el estribillo me dio la respuesta. Gracias a Barilari, el bloqueo desapareció.





Curiosidad 13


La idea de las almas gemelas la leí en una revista tipo "Predicciones". Me quedó dando vueltas en la cabe­za hasta que decidí escribir algo al respecto. Mucho más adelante llegué al texto de Platón. Y todavía mu­cho más, supe que se trataba de un texto de "Banque­te". Recién ahí entendí a qué se refería en realidad. Así y todo, quien era el alma gemela de Elizabeth ya lo sabía desde que empecé a escribir la historia.



Curiosidad 14


Por más que pasaron muchos años, la historia siempre fue la misma. Lo único que cambió fue mi forma de escritura y la profundidad que le di a los personajes, conflicto y contexto. Antes estaba todo si­tuado en lugares ficticios, hasta que decidí hace muy poco ubicarlos en lugares reales. Me resultó intere­sante ubicar la inquisición en Sicilia y era obligatorio recorrer Alemania, dada la nacionalidad de Elizabeth. Lo cierto es que no conozco ninguno de los lugares que describí, pero sí investigué para poder escribir al respecto. Algún día viajaré allá y haré el mismo reco­rrido que Elizabeth, espero correr mejor suerte.



Curiosidad 15


Investigando sobre arte, llegué a la puerta de Ghi­berti. La describí de acuerdo a lo que veía en las fotos encontradas en Internet. Hace unos años me fui con mi madre a recorrer Italia. Al llegar a Florencia, me sorprendí encontrándome frente a esa puerta que describí con tanta fascinación. Fue un sueño cumpli­do y totalmente inesperado, ya que en ningún mo­mento había asociado el viaje con mi novela.





Curiosidad 16


Siempre pensé que esta iba a ser mi primera novela publicada. No fue así. Sin embargo, me sirvió para el camino literario y editorial que vino después. Fue la primera obra que registré y que mandé a muchas edi­toriales. Ninguna la aceptó y hoy entiendo por qué. Le faltaba muchísimo. Pero gracias a ella, cuando termi­namos conFer de escribir "AQUELARRE: la isla del Fuego", no quise que la presentemos en ninguna editorial sino que fundemos la nuestra, propia. Fue y es un camino de aprendizaje muy importante. Un camino no preme­ditado que nos abrió muchas puertas: el del escritor independiente.



Curiosidad 17


Como siempre supe que Siete no iba a terminar en un cajón, se me ocurrió que fuese un spinoff de Sa­ga AQUELARRE. Por eso, en "AQUELARRE 2: La isla de la Tie­rra" aparece el nombre de Elizabeth en un fichero, como una adepta más de las islas. Y en "AQUELARRE 3: la isla en el Aire" ocurre el incidente en el auditorio que desprende la totalidad de esta historia. Me pareció interesante que Siete contara un poco más de lo que ocurría en el continente sin invadir demasiado y creo que quedó un spinoff muy medido que incluso puede leerse independientemente de la saga.



Curiosidad 18


No creo que Siete sea una historia de amor, sino una historia que reflexiona sobre el amor. Me costó terminarla, supongo que fue porque tenía mucho que reflexionar al respecto para poder plasmarlo.





Curiosidad 19


Descubrí en esta historia temas fuertes que no sabía que estaban. Me sentí incómoda al escribir so­bre el abxsx de mxnxrxs o sobre el fxmxcxdio (las escribo así porque parece que en esta página esas palabras están restringidas). Pero la vida es incómoda, ¿por qué la literatura no habría de serlo? Los personajes me gritaban sus batallas y yo, como autora, debía escucharlos y escribir.



Curiosidad 20


Cuando era chica me metí con el tema de la reli­gión. Hoy lo suprimí por completo para no herir sus­ceptibilidades ni bajar línea de ningún tipo. A nadie le importa las creencias de esta autora como para expo­nerlas sin que se las pidan.



Curiosidad 21


Seguramente se me escapen muchas curiosidades más, pero estas son algunas que hoy les quiero com­partir. Siete me acompañó en lo personal y profesio­nal; esta historia supo estar en mi cabeza y en mi corazón, y creció junto conmigo.





Curiosidad 22


Después de veintidós años, la suelto. Ya no es mía; ahora es suya.



Curiosidad 23


Terminé de escribir esta novela a los treinta y siete años, inspirada en la música de Max Richter.



Y vos, ¿ya leíste esta novela?

¡Decime qué te pareció en los comentarios!



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